Empezamos un año nuevo en el calendario gregoriano. Hemos tenido ocasión de cruzarnos saludos, buenos deseos y buenas nuevas para esta temporada que empieza el uno de enero.
Uno de los deseos más generalizados es el de que la tierra que compartimos y que pateamos día a día se llene de colores y de energía. Una TIERRA frágil, agredida, maltratada y en claro peligro de destrucción. La alerta sobre las consecuencias negativas del cambio climático está uniendo voluntades en todos los rincones de este precioso planeta AZUL, para limitar la emisión de gases y reducir al mínimo la capacidad de agresión a la que la estamos exponiendo con nuestra
negligencia, egoísmo y despilfarro. Recientemente se ha celebrado la 15ª Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que ha reunido a 192 paises, sin que se haya llegado a acuerdos que reduzcan la emisión de gases (dióxido de carbono) a la atmósfera en cantidades inferiores a las que estamos emitiendo.
Desgraciadamente los países mas desarrollados (EEUU y China) y los que se encuentran en vía de desarrollo son los más contaminantes y se niegan a poner en marcha politicas reductoras de emisión porque reducirían o encarecerían sus perpectivas de crecimiento económico.
Por ello, qué mejor empeño que apostar en este año nuevo por una TIERRA mejor. Una TIERRA más AZUL, que podemos pintar entre todos y entre todas, con millones de manos.
El azul es el color más preponderante en el agua y en el aire de la tierra. AZUL es sinónimo de inteligencia, de claridad y del conocimiento. Encuentra su opuesto en el naranja y su complementario en el amarillo.
Azul es el óxido cobalto que se emplea en la cerámica una vez cocida la pieza, porque en crudo tiene color gris oscuro. Es digno de resaltar el uso de este color en la cerámica tradicional holandesa y en
portuguesa, destacándose la industria cerámica de Delf de la que tenemos en Andalucía muestras interesantísimas (Vía Crucis de la Huerta Noble pintado por Jan Aalmis, los paños de escenas bíblicas en el Patio del Hospital de la Caridad de Sevilla o los azulejos decorativos de las escaleras de las Facultades de Derecho y Geografía de la Universidad de Sevilla).
Pintar con cobalto fue un recurso pictórico empleado por Manuel Rodríguez Pérez de Tudela en sus series de retablos cerámicos devocionales (principalmente en las imágenes de Jesús del Gran Poder) al que recurría para el trazado de caras y manos, mientras el resto lo resolvía con la técnica de
cuerda seca.
Azul, finalmente, es el color de la vida, de la luz, de la purificacion y de la limpieza. El azul se renombra AÑIL para adecentar las viviendas en el norte de Africa, se envuelve en una muñequilla para blanquear la colada y el azul enamoró a Picasso en sus sueños azules.
Como todo en la vida, un exceso en la intensidad del azul origina tristeza y melancolía. Pero para el año nuevo vamos a emplear el justo tono y la justa intensidad: aquella que nos envuelva en la alegría de vivir.
Jesús Marín
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